Superando los miedos: el carro

Antes de leer este post, les recomiendo primero leer mi respuesta a «Conducir en el país más feliz del planeta»

Hoy, despues de casi 10 años de intentarlo intermitentemente lo logré!

Anoche mi esposo me dijo: usted se lleva ese carro mañana. Traté, creánme de pensar en una excusa de porque no, como lo he hecho por…diay si 10 años, esa es la verdad, pero no pude, yo sabía que haciendo eso no iba a solucionar el problema y aunque tengo mas de un mes de manejar poquitos, siempre acompañada por un conductor experimentado, yo no siempre voy a andar acompañada, y el asunto de manejar es para recuperar mi libertad y mi independencia.

En la mañana mi esposo se levantó tarde y de mal humor, pensé que fijo no iba a querer mojarse y entonces se iba a llevar el carro, pero no, volvió a decirme: te vas a llevar ese carro. Yo le dije: Bueno pero sáquemelo del garage y dejémelo parqueado afuera (soy bien tarada para sacar el carro, no tanto para meterlo).

Mi esposo se fue, yo me fui a alistarme para irme al trabajo, se me bajó todo y hacía las cosas lentamente, como pensandolo bien. Ya estaba lista, ya no había nada más que hacer en la casa y era hora de irme. Agarré mis llaves, el bolso y le pedí a Jesucristo Nuestro Señor que fuera mi copiloto e hice un enredo de oraciones….cuando iba bajando las gradas, me confundí con los pedales en mi cabeza: puta! ¿Cuál es el freno? ¿Cuál es el acelerador? Mejor dejo el carro ahí afuera…

Me regañé a mi misma: Graciela dejate de estupideces! Y me subí al carro, puse el radio y sonaba «Animal» de Pearl Jam! Mi grupo favorito y una canción tan llena de fuerza, pensé que era un buen presagio, pero no podia conducir con música que me distrajera, busque 104.7, ahí sonaba algo más tranquilo.

Salí…doble en segunda, hice mis altos, pasé mis tres muertos de camino al trabajo, esquivé los dos huecos del demonio que hay en el trayecto, hice el semáforo, llegué al boulevard y finalmente a la oficina…la canción que sonó a la que puse más cuidado fue «Riders on the storm«.

Durante todo el camino me tembló el pie izquierdo, lo sentía temblar cuando metía el clutch.

En fin…llegué viva, nada me pasó…ahora solo espero que a la salida, no haya mucha neblina…

Comparto esto para todas aquellas personas como yo, tienen horror a manejar, a mi me ha costado muchísimo pero lo estoy haciendo, me da horror, se me hace un hueco en la panza, en algunos casos me dan nauseas, pero lo estoy haciendo, con todo lo que eso implica. Estoy orgullosa de mi por intentarlo, por hacerlo y hoy especialmente, por lograrlo…si yo pude…usted, si usted que le tiene miedo al volante…creame que usted también puede.

Respuesta: Conducir en el país más feliz del planeta

Tuve la dicha de toparme con un texto de Adriana Sánchez de la Revista Paquidermo llamado «Conducir en el país más feliz del planeta» (antes de seguir leyendo aquí, les recomiendo primero pasar por el texto de Adriana y luego continuar con el mío).
Iba a ponerle un comentario en su artículo, pero decidí hacerlo mejor acá porque la verdad me iba a extender mucho. Les voy a contar una historia.
Yo he tenido 3 carros en mi vida: un Datsun 120A de 1981, Un Toyota Corolla 1989 y mi nueva adquisión un Chevrolet Celta 2004; no he manejado sola casi que ninguno de los 3.
Con el Datsun aprendí a manejar a mis 19 años, fue una experiencia tan horrible y traumática, no solo por el carro del demonio super viejo (tenía mi edad en ese entonces) sino porque la mayoría de mis instructores (amigos y mi papá) me enseñaban a manejar a la defensiva, muy defensiva, así como «si usted no actúa, otro lo hará», siempre andaba asustada. Aún así a esas edades era una persona más aventurera, y me animaba a irme a dar vueltas por Chepe a deshoras para practicar con cualquiera que fuera lo suficientemente valiente para montarse conmigo.
Salí sola un domingo, la ruta: de Plaza Víquez a Oficentro La Sabana, iba para el trabajo, la ruta la conocía de pies a cabeza y en los domingos de aquel entonces no habían tantos carros.
La hice, un amigo me siguió de regreso a casa porque era muy tarde, solo para asegurarse que llegara bien.
Despues de ese día no volví a manejar y mandé el Datsun para la mierda. La experiencia fue horrible, los nervios fueron espantosos, el carro solo mates y yo me enredaba toda, a pesar que no cometí ningún error ese día, no lo disfruté, y a ambos destinos llegué horrorizada, sudada y sin aire, como si en lugar de manejar hubiera corrido una maratón.
El Corolla lo compramos a medias mi marido y yo. La gente hablaba maravillas de carro, la mejor inversión que pudimos hacer, bla, bla, bla…NOT!
El primer año que lo tuvimos perdí la cuenta de la cantidad de veces que viajamos en grúa y la cantidad de mecánicos que lo vieron.  Cabe decir que yo le tenía horror al carro, solo me veía tirada al lado de alguna calle llorando o en medio de un accidente. Al siguiente año un mecánico le hizo un toque donde no hubo que viajar tanto en grúa, pero por 4 años fue un gasto tal, que estoy segura que ahorita tendríamos un carro 4X4 del año con todo lo que pagamos en mecánicos cada mes.
Ese carro, si digo que lo manejé tres veces, creo que estoy exagerando.
Mientras el carro del demonio seguía con nosotros a falta de poder comprar uno mejor, veía yo como eterna copilota como la gente era cada vez más bruta, más violenta, más malcriada y más rara para manejar. Siempre estoy viendo gente que se cree dueña de la calle, gente maleducada que le tira el carro a cualquiera, GENTE QUE NO RESPETA LAS VELOCIDADES DEMARCADAS Y LAS SEÑALES DE TRANSITO solo porque no les convienen, y cientos de etcéteras más…
La falta de independencia por no manejar me estaba también carcomiendo por dentro, pero cada vez que siquiera me imaginaba al volante del carro me sentía que me faltaba el aire, nauseas y un terror que simplemente no puedo explicar.
Entonces se me ocurrió que probablemente comprando un carro en muchas mejores condiciones, quizá el susto no sería tanto. La idea es que comprara un carro con el que yo me sintiera cómoda, donde no me diera miedo maniobrar o andar sola. Siempre me han encantado los mini carros y bueno me decidí por este Celta que tenemos ahora, y desde hace poco más de un mes me enamoro todos los días al verlo.
Lo he manejado en compañía nada más, aún no me aviento a manejar sola, realmente espero hacerlo lo más pronto posible, lo acepto, soy chapa manejando a falta de práctica pero el temor es bastante más dificil de manejar que manejar el carro diría yo. Y que me da miedo se preguntarán?
Todo lo que Adriana explica en su texto.
Toda mi vida mi horror de manejar han sido los demás, los que andan tarde, los que creen que las leyes nos les competen a ellos, los engañados y sus estúpidos carros modificados, los borrachos y su necedad de manejar en ese estado, etc.
Hace un par de semanas iba yo con mi marido por el Boulevard de Rohrmoser, en sentido Oeste-Este, en la calle dice claramente: 40 kms por hora y a esa velocidad iba yo, quiza un poquitín más, digamos 42 kmsxh, y durante todo el trayecto venía un tipa pitándome como desquiciada.
Yo venía muy preocupada, desconcentrada por culpa de pito de la imbécil esa, preguntándome que diantres estaba haciendo yo mal, estaría en media calle? le habría yo robado algo sin darme cuenta? Que pasaba? Ella solo pitaba como loca.
Al llegar a nuestro destino le pregunte a mi marido si sabía por que esa mujer me pitaba así como loca, su respuesta fue: porque ibas muy despacio. como muy despacio? Le dije, si yo iba a lo que esta demarcado. El me dijo: sí, pero la gente no maneja a la velocidad que dice ahí.
Yo iba a la velocidad que estaba pintada en la calle, es una zona residencial, era un domingo en la mañana.
Alguien puede por favor explicarme entonces para que existen reglas y leyes pintadas en todo lado si «no son lo  que la gente hace»?

Que las calles son una mierda, lo son. Que hay miles de huecos que hacen mierda los carros, los hay. Pero más mierda me parece, son muchas de las personas que manejan en esas calles.
Yo lo siento mucho pero creo que voy a ser un agente de cambio, creo que seguiré las reglas, manejaré a como dicen las leyes y todos me pitarán y me madrearán por siempre, mi satisfacción será ser una ñoña que hace caso, a la que no le hacen partes y que llega sin las bilis regadas a la casa, que no mata gente, que es cordial con los demás conductores ah! y a la que probablemente nunca agarrarán las famosas camaritas. Muchas Gracias!